El Propósito

El Propósito

¿Qué quiero?

Hermosa pregunta, imposible de responder en mis comienzos. Al principio de este recorrido no creí que tuviese tantas incertidumbres, todas las que podía ver, escuchar escribir y repetir eran hacia el otro. Todas mis relaciones eran fallidas, con errores, con equivocaciones, con repeticiones, y mis respuestas internas a todo esto eran que ellos o ellas se equivocaban, eran mis certezas, sin duda alguna, irrevocables pensamientos.  

Una de las tantas razones por las que comencé fue mi salud, cansada de mi sobrepeso, llegué a pesar 99Kg, mido 1.70cm, y los resultados de sangre estaban al límite de una diabetes. Me di un susto muy grande que me hizo reflexionar y tomar una decisión dejando de lado todas mis creencias limitantes.  

Fui maratonista en mi adolescencia, siempre estuve entrenando, fui físicoculturista desde mis 19 años hasta los 21, pero sólo para pertenecer a mi grupo de amigos. Fui reina distrital, modelo. Desde que tuve a mi hija (que fue a los 31 años) hice miles de dietas, fui a muchas nutricionistas y especialistas deportólogos, porque comencé a subir de peso. Sabía que el tema del sobrepeso tenía que ver con lo emocional también, el querer estar más tranquila me iba a ayudar. Ahora con menos peso, me siento mucho mejor y más confiada. En estos meses de cursado he controlado mi ansiedad, y bajé 13 kg. Es visible y notorio el cambio entonces también a nivel físico. Mis células y Yo nos entendemos mucho mejor. 

Mientras cursaba cada nueva formación, me sucedía lo que ya me había sucedido en otras formaciones: para todo daba justificaciones, siempre dando “mis razones” para todo, me ostaba callarme, me costaba escuchar. Recuerdo claramente uno de los tantos ejercicios, en el Módulo 2, episodio14 Parte 3, en el que el Profe nos estaba enseñando una meditación, era una práctica del PERDÓN, la pregunta en el medio de tan hermosa meditación era: 

¿Qué hay de malo en mí en este mismo instante? 

Había transcurrido apenas un mes de mi formación, me mal dispuse, me enojé, no pude terminar de hacer la meditación. La “supuesta respuesta” era: 

“No hay nada de malo en mí” 

Luego al finalizar el ejercicio,  lo escucho decir que si había pensado que algo estaba mal en mí, era por mis creencias, mi vibración. Seguía enojada, no podía dejar de ver a mi EGO chillando, y ensordeciéndome. Mi enojo era de tal magnitud que le escribí un mail a mi Tutora (Nayla Corbera, una genia). Seguía sin comprender el significado de la inocencia en todos y cada uno de nosotros. 

Luego de casi 6 meses de formación, y de ejercicios de caminos al inconsciente y de las reimprontas, lo entendí, pude verlo, pude comprenderlo y pude responder sin duda alguna que no había nada de malo en mí. 

¿Que qué quiero entonces?: la respuesta ya no tiene duda alguna luego de practicar, de hacer silencios, de aprender a escuchar pude llegar a esa hermosa respuesta:

QUIERO ESTAR EN PAZ y dejar de tener razón.   

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